Fotogrametría aérea con drones, qué es y para qué sirve

La fotogrametría aérea se basa en obtener reconstrucciones de terrenos y objetos, a partir de imágenes tomadas desde el aire, en combinación con técnicas de triangulación topográfica. El trabajo consiste en utilizar después esas imágenes para obtener los detalles del terreno fotografiado, tanto en planta como en alzado o perfil. Se trata de convertir datos bidimensionales (imágenes planas) en información cartográfica/tridimensional 3D. Tiene las ventajas de la rapidez con que se hace el trabajo, la profusión de los detalles y su empleo en lugares de difícil o imposible acceso desde el propio terreno.

En esta breve entrada te explicamos en qué consiste esta tecnología, cómo funciona y cuáles son sus campos de actuación más relevantes.

 

El uso de drones ha generalizado la fotogrametría aérea en muchos más campos, reduciendo notablemente la complejidad y los costes de las operaciones (en personal y equipamiento), hasta el punto de que servicios que antes se llevaban a cabo como proyectos de ingeniería en varios días, ahora pueden realizarlos pequeños equipos en una mañana y por mucho menos dinero.

Con aeronaves no tripuladas cada vez más autónomas, ligeras y resistentes, no es de extrañar que su uso esté cada vez más al alcance de empresas, particulares y gobiernos (locales, autonómicos y estatales). En consecuencia, esta disciplina se emplea tanto para fines militares como civiles, como es el caso de los levantamientos topográficos, anteproyecto de carreteras, canales, usos agrícolas catastrales, estudios de tránsito, urbanismo, detección de fraudes, etc.

La clave de la fotogrametría está en la superposición de imágenes

Por eso, es fundamental la planificación del itinerario de vuelo y elegir bien el ángulo de grabación de las cámaras de fotografía y/o del video. El material obtenido de la superficie de terreno se intercala longitudinal y transversalmente para obtener las distancias y elevaciones, dado que son imágenes tomadas desde diferentes ángulos. Cuantas más tomas se utilicen, más preciso será el modelo 3D posterior.

Esta técnica nos permite conocer las propiedades geométricas de un objeto o una superficie, a partir de la información obtenida de varias imágenes redundantes. Y es que, para que un objeto esté fielmente reconstruido debe aparecer repetido en varias tomas y con ángulos diversos. Es lo que se denomina solapamiento entre imágenes consecutivas (overlap, en inglés).

Esta información redundante es la que permite obtener su estructura en tres dimensiones.

Un piloto de RPA tiene que planificar el recorrido de forma que cada imagen contenga elementos que también se deberán ver en las imágenes anterior, posterior y laterales.

Finalmente, un software de fotogrametría las procesa de tal modo que puede interpretar “al milímetro” las coordenadas XYZ de millones de puntos. Así es como se obtienen las reconstrucciones 3D en forma de polígonos, nubes de puntos, o bien ortofotos.

En resumen, el uso de la fotogrametría con drones nos permite disponer en unas pocas horas del mapa totalmente procesado, a un coste muchísimo mas bajo que con el uso de los tradicionales helicópteros, avionetas o satélites, y con mayor control de todo el proceso de trabajo para el presente y para el futuro.

En DSB Aero sabemos de la importancia de los costes de los proyectos y trabajamos para que las inspecciones del terreno se reduzcan sobre los tiempos habituales.

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